¿Qué debemos hacer si conocemos a una persona violenta?

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¿Qué debemos hacer si conocemos a una persona violenta?

“No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos” (Proverbios 22:24) Si se puede, lo mejor es tratar de no involucrarse con una persona dada a la ira, sea en conversaciones o interacción. Tratar de razonar con una persona así, especialmente si no usted está de acuerdo con algo que ha dicho, a menudo la irritará y aún es posible que lo ataque.

Cuando nos veamos obligados a interactuar o conversar con alguien propenso a la ira, hay varios principios bíblicos que pueden guiarnos. “La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor”. (Proverbios 15: 1)

Si respondemos con el mismo tono airado de la otra persona, la discusión probablemente terminará en una acalorada discusión. Si respondemos con un tono tranquilo y escogemos nuestras palabras cuidadosamente, puede que tengamos la oportunidad de desarmar a la persona enojada, desactivando su ira. Algunas personas parecen disfrutar la rencilla y la discusión, lo que utilizan como una oportunidad para ganar disputas por la fuerza e intimidación. Si usted no cae en su juego, no les dará la satisfacción de ganarlo. Usted puede responder con, “Creo que es mejor que hablar de esto más tarde” y retirarse.

Otra forma de ira a veces viene en la forma de comportamiento pasivo-agresivo. Tal comportamiento se caracteriza por un patrón habitual de resistencia pasiva a las expectativas en un empleo; oposición, terquedad y actitudes negativas en respuesta a los niveles de desempeño  de rendimiento normales esperados. Puede que la persona no levante la voz, o incluso no se inmute. Estas personas simplemente no van a hacer nada que no se ajuste a lo que ellos consideran que es la única manera, su manera.

Hay líderes mundiales que a veces hacen esto. En el gobierno de los Estados Unidos, hombres y mujeres utilizan esta forma de ira con regularidad. Los partidos en forma pasiva-agresiva despliegan su ira uno contra el otro, causando una parálisis.

Muchas veces, personas con este tipo de comportamiento actuarán de la misma forma frente a la autoridad.

Hay ocasiones en que conviene permitir a una persona que descargue su ira, frustración o queja, y simplemente escucharla con paciencia. Cuando se trata de alguien con autoridad, que pueda tener efecto en determinar cosas de su vida, esto puede resultar esencial. Si usted responde con críticas, mostrando agresivamente su desacuerdo será mejor que esté dispuesto a pagar las consecuencias. Si le es posible, es mejor considerar su lado bueno y encontrar al menos un punto de acuerdo. Mostrar respetuosa paciencia, puede hacer que la persona enojada recapacite. Considere estas instrucciones. “Con larga paciencia se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los huesos” (Proverbios 25:15) La Biblia de Jerusalén dice así: “Con paciencia se persuade al juez, una lengua dulce quebranta los huesos”. Sobre este versículo Matthew Henry comenta: “Paciencia, para soportar la ira sin permitir que nos contagie, y esperar el momento oportuno de exponer nuestras razones dándole a las personas tiempo para considerarlas. De este modo, incluso un príncipe puede ser persuadido a hacer una cosa a la que parecía muy renuente, tanto más que una persona común... Serenidad, para hablar sin apresuramiento ni hostilidad: Una lengua blanda quebranta los huesos; apacigua los espíritus más ásperos y vence a los más taciturnos, como un relámpago, que a veces, dicen, rompe el hueso aun sin lastimar la carne. Gedeón con su suave lengua apaciguó a Efraín y Abigail hizo aplacar la ira de David”. Otro comentario dice: “El discurso sabio, templado por la afabilidad y paciencia, es un arma más eficaz que material de guerra”.

Examinemos otro proverbio similar. “La ira del rey es mensajero de muerte; mas el hombre sabio la evitará” (Proverbios 16:14) Veamos nuevamente el comentario de Matthew Henry: “¿Cuán formidable es la ira de un rey? Es como un mensajero de muerte; ese fue el caso de la ira del rey Asuero contra Amán. La palabra airada de un príncipe indignado ha sido para muchos un mensajero de muerte, y ha causado tan gran terror sobre algunos, como si hubieran recibido una sentencia de muerte. Se necesita mucha sabiduría como para pacificar la ira de un rey con una palabra bien dicha, como Jonatán, que pudo pacificar la ira de su padre en contra de David”.

Esta es otra instrucción relativa a tratar con una persona enojada, y sobre todo una persona de poder e influencia. “La dádiva en secreto calma el furor, y el don en el seno, la fuerte ira”. (Proverbios 21:14) Obviamente, esto no es promover que se den sobornos para pervertir la justicia. Otras escrituras condenan dar y recibir sobornos. (Éxodo 23: 8; Deuteronomio 16:19; Proverbios 17:23). Proverbios se refiere a las dádivas para ilustrar un principio de dar algo a una persona que puede estar enojada con usted, pero haciéndolo de manera humilde y confidencial. El regalo puede ser algo material o podría ser apoyar una decisión o idea en particular. De nuevo, note lo que Matthew Henry escribe sobre este versículo: “La política que comúnmente se utiliza en dar y recibir dádivas. Debe ser un regalo en secreto, un don en el regazo, para que no se piense de quien lo reciba, que lo había exigido; ni que se sepa que lo recibió; ni para que se sienta en deuda con la persona que le dio el regalo; mas, si se hace en privado, todo estará bien. Ningún hombre debe ser demasiado abierto al dar dádivas, ni jactarse de que las da. Pero, si es una dádiva para pervertir la justicia, es tan escandaloso que aquellos que son aficionados a ellas se avergüencen de ella”.

Estas escrituras son útiles en lo que respecta a nuestros empleos, la iglesia, el matrimonio, la familia y la escuela, así como para vivir en el mundo según instruyó Cristo.