Aquellos que desobedecen las leyes de Dios a menudo le dan la bienvenida a las mentiras, rumores infundados y falsas acusaciones. A los mentirosos, a su vez, les gusta escuchar el escándalo, la calumnia y la lengua maliciosa. En ese sentido, la manera de hablar a una persona se alimenta y es un indicador de lo que está en tu corazón.

El Internet nos ofrece acceso 24/7 a los rumores de celebridades, políticos, naciones, historia y casi todo el mundo o lo que puedas imaginar. Esta cultura se filtra en nuestras mentes y comenzamos a aceptar este comportamiento en nuestras vidas y la de nuestros amigos.

¿Cuál es el antídoto?

“Sólo dos cosas te pido, Señor; no me las niegues antes de que muera: Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas sino solo el pan de cada día” (Proverbios 30:7-8, NVI [énfasis añadido]).

¿Le has pedido a Dios que remueva la falsedad y la mentira de tu alrededor?

Fuente: ucg.org