Persiguiendo la virtud

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Persiguiendo la virtud

Se dice que “la paciencia es una virtud”. No es difícil entender qué significa eso – significa que la paciencia es una buena cosa.

¿Pero qué es la virtud exactamente? Es una de esas palabras que todos conocemos pero que probablemente no podemos llegar a una definición precisa de lo que es.

Si usted mira en un diccionario, este definirá virtud como algo “que pertenece a altos estándares morales”. Esto tiene sentido, pero para un entendimiento completo de la palabra – y de su influencia en nuestras vidas como cristianos – debemos adentrarnos en las Escrituras.

En uno de los versos más amados de Pablo, él escribió: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).

En este pasaje, se encuentra “virtud” al lado de otros descriptores positivos – puro, amable, justo, etc. La definición del diccionario que podamos encontrar nos da un vistazo de lo que significa, pero mirando al significado de la palabra griega que Pablo usó aquí es revelador. La palabra que él usa es arete, que significa “excelencia de cualquier tipo”. Pablo dijo que si hay algo de excelencia, se debe pensar en ello.

Es una palabra que fue usada en varios diferentes contextos en la antigua Grecia. Significaba que, sin importar la función de la persona en la sociedad, la podían llevar a cabo virtuosamente – la podían llevar a cabo con excelencia. Si usted es un corredor y usted entrena todos los días y gana una carrera, usted ha practicado la virtud. Si usted es un escritor y ha creado su mejor trabajo, usted ha practicado la virtud. Significa hacer lo mejor que usted puede en lo que sea que haga.

Esta palabra es usada en tres libros del Nuevo Testamento, y cada pasaje ayuda a revelar lo que significa para nosotros. Los otros dos libros donde se encuentra además de Filipenses son ambos escritos por el apóstol Pedro.

En el primer pasaje, Pedro está hablando sobre aquellos que Dios llamó para Cristo: “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable…” (1 Pedro 2:9, Nueva Versión Internacional).

En este versículo, la palabra traducida como “obras maravillosas” es la misma palabra que Pablo usó en Filipenses. Parte de nuestro trabajo como cristianos es anunciarle al mundo sobre qué tan excelente Dios es; qué tan excelentes son su trabajo y su plan; qué tan excelente es el futuro que ha planeado para toda la humanidad.

En el segundo pasaje donde Pedro usa esta palabra, él escribió: “Que la gracia y la paz les sea multiplicada por medio del conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. Por medio de ellas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes lleguen a ser partícipes de la naturaleza divina, puesto que han huido de la corrupción que hay en el mundo por causa de los malos deseos. Por eso, ustedes deben esforzarse por añadir virtud a su fe, conocimiento a su virtud, dominio propio al conocimiento; paciencia al dominio propio, piedad a la paciencia, afecto fraternal a la piedad, y amor al afecto fraternal. Si todo esto abunda en ustedes, serán muy útiles y productivos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. (2 Pedro 1:2-8).

Pedro nos dice que agreguemos virtud a nuestra fe. En otras palabras, agregar excelencia a nuestra fe.

Cuando tenemos fe en Dios y en lo que él está logrando en nosotros, es nuestra responsabilidad emular la forma en que él hace las cosas. En 1 Pedro se nos dice que debemos proclamar las excelencias de Dios. Todo lo que hace Dios es excelente – es virtuoso. Y su mayor trabajo es en usted como cristiano – creciendo, madurando, cambiando, convirtiéndose más como él.

¿Cómo puede un antiguo concepto griego como arete ayudarle a realizar su máximo potencial?

Piense sobre su vida y sus deberes hacia Dios y otras personas. ¿Busca usted con excelencia la voluntad de Dios en su vida? ¿Tiene usted excelencia en sus oraciones hacia Dios? ¿Tiene usted excelencia en su estudio bíblico?

¿Está usted luchando por excelencia en la manera que trata a su esposo o esposa? ¿A sus hermanos y hermanas? ¿A sus compañeros y colegas? ¿Hay excelencia en la forma que usted se preocupa por otras personas?

¿Qué hay de su trabajo en la escuela o en su profesión? Se nos dice que todo lo que nos venga a nuestras manos hacer, de hacerlo con todas nuestras fuerzas (Eclesiastés 9:10). Esa es otra manera de decir que hay que buscar excelencia en cada faceta de la vida – no sólo en actividades espirituales, sino también en las físicas. Se nos ha llamado a seguir a nuestro gran Dios y su Hijo, Jesucristo en todo lo que hagamos, emulando su conducta y comportamiento. Esto significa perseguir la excelencia en todo lo que hagamos en honor de ellos.

Virtud – excelencia – significa trabajo duro y un esfuerzo concertado de poner su mejor pie adelante en todo lo que haga, primero para el servicio de Dios y Cristo, y después para el servicio de su prójimo: su jefe, su pareja, sus hijos, sus amigos y cada persona con la que usted interactúa cada día.

Si hay algo de virtud, piense en ello y hágalo. Proclame las excelencias de Dios y de ahí viva en una forma que usted siga su ejemplo en también luchar por la excelencia en todo lo que haga.

Fuente: UCG.org