Cuando esté desanimado, ¡reflexione en los milagros que Dios ha hecho en su vida!

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Cuando esté desanimado, ¡reflexione en los milagros que Dios ha hecho en su vida!

Años atrás, cuando mi hijo mayor David tenía 10, se puso muy enfermo. Un día mientras caminábamos vomitó. Pensé que tenía influenza y después de una semana de que estuviera enfermo, me preocupé y le pedí a un anciano de nuestra Iglesia si podía ungirlo. Al siguiente día lo llevamos al doctor, que nos dijo que solo tenía influenza. “Llévelo a casa y que descanse” dijo el doctor “se pondrá bien”.

Pero antes de que saliéramos de su oficina, la enfermera llamó a mi marido para decirle algo aparte, y en privado le dijo que lleváramos a David al hospital para asegurarnos de que estuviera bien. Ella sentía que algo no andaba bien. Con Charles lo llevamos de urgencia al hospital. Los doctores, alarmados llevaron a David de inmediato a cirugía. Aparentemente, el apéndice de David se había reventado hace varios días.

David estuvo en el hospital por una semana mientras drenaban todas las toxinas de su cuerpo debido a la ruptura de su apéndice. Hasta el día de hoy estamos muy agradecidos por haber actuado rápido y por la valiente enfermera ya que salvó a nuestro hijo. Si hubiéramos seguido el consejo del doctor, y llevado a David a casa, él habría muerto. Incluso los doctores pueden equivocarse a veces.

Con Charles sabemos a quién van las gracias totales. ¡Van hacia Dios! Puedo nombrar un sinfín de veces en que Dios ha intervenido por nuestro bien; por asuntos serios y por otros no tan serios, y a veces solo para darnos lo que queremos.

Así que, ¿qué grandes cosas ha hecho Dios por usted? ¡Reflexione en esas cosas! Y cuando esté abrumado en medio de una tormenta, no dude en pedirle a Dios el apoyo y ánimo que necesita.

Una vez nos encontramos en la situación de que no teníamos casi nada para comer. Mientras tratábamos de pensar cómo alimentaríamos a nuestros hijos ese día, oí que golpeaban la puerta. Era una dama de la Iglesia con una bolsa llena de víveres. Nos dijo que se sintió inspirada a traernos comida. Ella no tenía idea de cuánto lo necesitábamos, pero Dios sí lo sabía. Todos olvidamos las bendiciones e intervenciones de Dios de vez en cuando. Cuando nos encontramos desanimados o abrumados con las presentes pruebas, es bueno recordar cuán maravilloso es nuestro Padre que está en los cielos, y cómo nos ha ayudado a lo largo de nuestras vidas en el pasado.

Dios está ahí para ayudarnos en tiempos de angustia, pero también se hace cargo de las pequeñas cosas que nos importan. Dios nos dice, “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” (Juan 15:7, Reina Valera 1960)

Dios nos quiere regalar las buenas cosas de la vida. Por lo que ¿vemos un Dios amoroso que quiere lo mejor para nosotros, o vemos un Dios severo e indiferente?

En sus momentos más desalentadores, pídale a Dios que lo anime, ¡y funcionará! Haga una lista de las veces que Dios ha intervenido en su vida y revísela cuando se sienta abrumado.

Si Dios lo ayudó en el pasado, ¿significa eso que ahora Dios se ha ido y que no está interesado en ayudarlo hoy? ¡No! Dios no es humano para que cambie o para que desaparezca de su vida. Dios es fiel y nunca cambia. Hebreos 13:8 nos dice, “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.

Él nunca lo dejará y nos manda a ser fuertes y valientes. Nos dice: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque el Eterno tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará” (Deuteronomio 31:6). ¡Nunca!
Dios salvó la vida de nuestro hijo. Nos dio el alimento que necesitábamos desesperadamente para nuestra familia. Así que, ¿qué grandes cosas ha hecho Dios por usted? ¡Reflexione en esas cosas! Y cuando esté abrumado en medio de una tormenta, no dude en pedirle a Dios el apoyo y ánimo que necesita.

Fuente: UCG.org