Conocer a Dios

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Conocer a Dios

Recientemente leí un interesante ensayo sobre Juan 17:3, donde el autor reflexiona acerca del significado de conocer a Dios.

En ese versículo Jesús declara: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.

El verbo “conocer”, referido a asuntos espirituales tiene un significado muy amplio. En el caso de conocer específicamente a Dios, implica un proceso de aprendizaje, que va más allá de un conocimiento intelectual. No se puede conocer a Dios haciendo uso sólo de la razón. El conocimiento intelectual es un medio insuficiente para conocer a Dios.

Al respecto, Pablo señaló: “el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría” (1 Corintios 1:21).

Hay una tendencia natural en las personas a la exaltación del ego, por eso el desarrollo cognitivo, que se enfoca en los procesos intelectuales, y en las conductas que emanan de ese proceso, afectan la vida espiritual, ya que originan dos tipos de actitudes negativas. La primera, es el orgullo. La persona se siente superior sobre los demás, manifestando desprecio a la opinión de los otros. La segunda actitud, es la hipocresía, que acarrea como resultado una vida doble, donde se aparenta algo que realmente no es.

La experiencia emocional también es un medio insuficiente para conocer a Dios.

Las emociones juegan un papel importante en la vida, pero algunas personas se dejan llevar por ellas y hacen cosas que no deberían. Las emociones pueden ser confusas, inciertas, y aun peligrosas. No fueron dadas para revelar a Dios, de hecho, ellas pueden llevar a toda clase de prácticas falsas. Confiar en los sentimientos nos puede llevar a cometer grandes equivocaciones, que nos alejan del verdadero conocimiento de Dios.

Así que ¿cuál es la clave para conocer a Dios?

El conocimiento de Dios nace de un deseo en nuestro corazón por saber más de él, una vez que detectamos este deseo o necesidad, debemos orar y pedirle que nos dé la sabiduría para entender su Palabra y encontrar su carácter, mientras la leemos.

El conocimiento de Dios comienza en su Palabra, las Escrituras nos mencionan que su palabra crece en nosotros cada día y produce fruto en nuestras vidas, todo comienza con leer la Biblia.

En Getsemaní, antes de ser entregado, Jesús oró al Padre pidiendo que conociéramos a Dios (Juan 17:3), pues él sabía lo importante que era para nuestra vida espiritual. El Cristianismo requiere de esfuerzo y acción (Mateo 11:12), sin embargo, ningún cristiano podrá ser valiente y esforzado, ni podrá llevar a cabo las obras que Dios preparó de antemano para que las hiciera (Efesios 2:10), ni mucho menos podrá vencer las tentaciones en su vida si no conoce a Dios. Sólo aquel que conoce a Dios se esfuerza y actúa: “... mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará” (Daniel 11:32 2ª parte).

Conocer a Dios es la clave para tener fuerza contra los problemas, las tentaciones, el pecado y las tormentas de la vida... solamente conociendo a Dios podremos:

  • Fortalecernos en nuestras debilidades.
  • Encontrar paciencia y ánimo en las pruebas.
  • Ser aptos para participar de su herencia.