[Steve Myers] Existe una interesante paradoja que se inicia en una escritura encontrada en 2 Corintios 12:10. Note lo que el apóstol Pablo escribe, dice: “porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

El comienza con este concepto de DEBILIDAD y, sin embargo, dice que puede cambiarlo y convertirlo en una FORTALEZA, que puede ser resistente. Y pareciera que va en contra de todo lo que humanamente pensamos porque creemos en el coraje como una fuerza que todos necesitamos tener, que en esta fuerza humana podemos encontrar seguridad y felicidad. Pensamos que sin estas cosas en nuestras vidas vamos a fallar. Pablo dice justamente lo opuesto porque cuando tenemos valentía personal, tenemos fortaleza personal, ¿qué hacer?

Pareciera que confiar en nosotros mismos nos ayudara en nuestras vidas en vez de lo que Pablo está hablando acerca de buscar a Dios y ser dependientes de él.

Tenemos un gran ejemplo en la Biblia. Creo que todos nosotros estamos familiarizados con la historia de Sansón. ¿Recuerdan la historia de Sansón y su gran fuerza? Él era increíblemente fornido. Hizo cosas fenomenales. Y, sin embargo, ¿qué condujo su autosuficiencia en la vida? Lo llevó a su destrucción. La fuerza humana por sí misma, nos puede beneficiar por un tiempo, pero al final no es donde queremos estar. No nos dará resultados.

Lo que Pablo está diciendo aquí, cuando no somos dependientes de nuestra propia fuerza, cuando somos dependientes de Dios, cuando vemos nuestra tendencia humana como algo que no va a llevarnos a nada. Si comenzamos a darnos cuenta que somos débiles en nuestra propia fuerza y nuestro poder y nos damos cuenta que nosotros mismos realmente no podemos hacer nada que sea duraderamente bueno y espiritual. Cuando llegamos a ese momento en nuestras vidas y nos damos cuenta de que necesitamos a Dios, Pablo dice que somos fuertes en la fuerza y el poder de él. Nos damos cuenta que nuestra fuerza humana nos falla, pero podemos ser poderosos cuando proviene nuestra fortaleza y confianza de Dios porque él va a darnos fuerza. Él va a darnos no nuestra fuerza, sino su fuerza, su coraje y su ánimo.

Así que cuando vemos este tipo de cosas, debemos acordarnos de lo que dice en 2 Corintios 12:10, cuando estemos débiles en nuestra propia visión de nuestra fuerza humana, tenemos que recordar nuestra confianza en Dios porque la fuerza perdurable proviene solamente de él.

Aprendamos a ser mucho más dependientes de Dios en nuestras vidas.

Esto es BT Daily. Nos vemos la próxima vez.